domingo, 25 de agosto de 2013

Un resumen de la ensenianzas de Jiddu Krishnamurti

  La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el entorno. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo.

 La libertad no es una reacción; no es una elección. Es una pretensión del hombre creer que porque tiene capacidad de elegir es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside desd el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad.
La libertad está en el darse cuenta sin elección en nuestra vida cotidiana y en nuestras actividades diarias.

 El pensamiento es tiempo. El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre.
Nuestras acciones se basan en el conocimiento y por lo tanto en el tiempo,  así el hombre siempre es un esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.
Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno mirar hacia adentro trae consigo una profunda y radical mutación en la mente.  La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha creado, solo entonces hay amor, que es compasión e inteligencia.

(J. Krishnamurti - El núcleo de las ensenianzas)


No hay comentarios:

Publicar un comentario