miércoles, 13 de julio de 2016

Tu no eres real, tu eres realidad

Hay 2 opciones
1- o bien usas sus tus pensamientos y tu mente.
2- o bien eres usado por tus pensamientos y tu mente.

Un pensamiento es algo que aparece en ti, te roba tu atención y tu energía durante un rato, te distrae separándote de tu entorno, y luego se va. Te desconecta de la realidad inmediata, de todo lo que sucede a tu alrededor.
Es como si fuera un teléfono que suena, lo atendemos inmediatamente, escuchamos atentamente y nos creemos todo lo que nos dice.
Pero es un teléfono que suena 60.000 veces por día.
¡Cuánto trabajo!

Una creencia es un pensamiento que se quedó enquistado en la mente, y ahora hacemos lo que sea por defenderlo.
¿Lo que sea? ¿Cualquier cosa?
Bueno, pensemos un momento. Por miedo la gente necesita creer en algo a cualquier precio.
Por miedo somos capaces de defender nuestras creencias hasta la muerte.
Por defender una creencia hemos matado a 262 millones de personas como tú y como yo, por defender creencias tales como por ejemplo nuestra patria o nuestro Dios.
¿Por qué somos capaces de matar o pelearnos a muerte con alguien?
Porque sentimos que esas creencias, esos pensamientos, esas opiniones acerca del mundo, de Dios, del sexo, de la política, etc, sentimos que todo eso somos nosotros. Es decir, estamos tan identificados con esos pensamientos que creemos que nosotros somos esos pensamientos. Sentimos que somos una colección de opiniones, ideas, teorías, pensamientos y dichos, entonces los defendemos como si estuvieramos defendiéndonos a nosotros mismos. Sentimos que somos esa ideología.
En una discusión, sentimos que si decimos: "Tienes razón, yo estaba equivocado" de alguna forma algo nuestro muere o se debilita (o se rompe), sentimos que perdemos algo.

El ego es la identificación con esos pensamientos.
Esta identificación crea un yo separado de la realidad, de la vida, de la existencia, de Dios (por ponerle otro nombre), y de los otros seres.
Sentimos que ese yo tiene una vida personal, individual, totalmente aislada del resto de la humanidad y del resto del universo, cuando en realidad la vida es una sola siendo nosotros la vida misma.
"Mi vida" no existe como tal, solo hay "vida". Yo no poseo una vida, la vida me posee a mí. Dicho mejor, no hay un "yo" a quién la vida posea, la vida soy yo. Directamente. Sin intermediarios. Yo soy vida. Somos vida. La vida es una.

Así como nuestro corazón late solo, nuestra digestión se hace sola, nuestro cabello crece solo, también nuestra mente piensa sola.
No podemos dejar de pensar. Pero podemos dejar de darle tanta importancia a esos llamados internos en forma de pensamiento que aparecen 60.000 veces cada día y nos quitan tanta energía.

Podemos ser conscientes que los pensamientos que se nos aparecen cada día son el resultado de nuestro pasado, de nuestra experiencia, nuestra educación, nuestros traumas, nuestros miedos, nuestros deseos y sobretodo todo lo que nos han dicho nuestros padres y quienes nos han criado. Esta programación nos domina a placer. Y de alguna forma nos posee.

Liberarse es la clave.
Liberarse de ese fantasma que no existe, porque en últimas instancias si te pido que me digas quién eres, tú sólo me hablarás de tu pasado, pero no me lo puedes enseñar porque no existe en la realidad. Porque es solo un conjunto de ideas.
Si dejamos de lado esa tremenda cantidad de ideas y opiniones formadas en el pasado, podemos salir de nuestro ilusorio mundo personal para encontrarnos a nosotros mismos.

Hay una sola Tierra, pero 8.000 millones de mundos y así es imposible que nos llevemos bién, es imposible siquiera que podamos hablar y escuchar sin pasar a la defensa y al ataque. Así es imposible que vivamos en comuníón (común-unión).
Union viene de Uno,
unirse es hacerse Uno.

Pero parece unirse primero hay que estar separado.
Y en esta realidad, ninguna cosa está separada de ninguna otra. Ninguna cosa está a parte de la realidad, o afuera de la realidad.
La realidad es una sola. Y es el todo. Nada escapa a ella.
No puedes alejarte de la realidad. No puedes acercate de la realidad.
Porque tú eres realidad.

Eres esclavo de lo que dices y dueño de lo que callas

Pero aún cuando callas sigues siendo el silencioso esclavo de lo que piensas.
El engaño consiste en creer que eres tú el que piensa.
Si es así ¿puedes dejar de pensar?
Tampoco puedes dejar de respirar. Ni de latir tu corazón. O de hacer crecer tu cabello. Ni dejar de hacer la digestión.
Esto sucede de forma involuntaria. Inconsciente.
Pero se puede hacer consciente.

Cuando eres consciente de lo que piensas, lo que piensas cambia. Entonces tu vida entera cambia.
Entonces pareciera que el mundo entero cambiara. Como cuando estás enamorado. Todo está vivo. Todo respira contigo.

Mientras tanto seguirás dormido. Soñando que eres libre de pensar lo que quieras. Cuando siempre estás pensando prácticamente lo mismo.
Las rejas de tu prisión son tus pensamientos, conocimiento, experiencia, memoria y las perspectivas a futuro.
Alguien que sabe mucho y está orgulloso de eso es igual que un preso que está orgulloso porque su celda en grande, hermosa y brillante.


MGU