martes, 7 de junio de 2016

La indecencia, ese gran invento del hombre

Indecencia, vulgaridad, obscenidad-- estas cosas estás estrictamente confinadas al hombre, él las inventó. Entre los animales superiores no hay rastro de ellas. Ellos no ocultan nada, no se avergüenzan. El hombre, con su mente sucia, se cubre a si mismo.
Un hombre nunca entraría en un salón con el torso desnudo, porque está tan predispuesto él y sus iguales para la sugestión indecente. El hombre "El animal que rie". Pero el mono también lo hace como apuntó Mr. Darwin, y como el Pájaro Australiano también lo hace.
No-- el hombre es el animal que se avergüenza. Él es el único que lo hace-- o que necesita hacerlo.


Mark Twain
(año 1896)