- reflexionando profundamente, poniendo el corazón, la mente y el alma en esta búsqueda.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
La vida y la muerte van juntas. No hay una sin la otra.
Si no eres consciente de tu muerte, no estás siendo consciente de tu vida.
martes, 3 de diciembre de 2013
Un cuento Zen.
No te pierdas en tus pensamientos y emociones.
Deja que ellos se pierdan en ti.
Un viejo Maestro le pidió a un jóven triste que colocase una mano llena de sal en un vaso de agua y lo bebiese.
- Qué gusto tiene? - le preguntó el Maestro.
- Horrible - dijo el joven sin pensar dos veces.
El Maestro sonrió y le pidió al joven que agarrase con la otra mano llena de sal y llevase al lago. Los dos caminaron en silencio, y cuando llegaron, el maestro pidió al joven que tirase la sal en el lago. Entonces el joven hizo lo que el maestro le dijo
Luego el viejo le dijo:
- Bebe un poco de esta agua.
El joven así lo hizo mientras el agua le corría por el mentón , entonces el Maestro le preguntó
- Que gusto tiene?
- Bueno! - Dijo el joven sin pestañar
- Sientes el gusto de la sal? - preguntó el maestro
- No. - le dijo el joven
El Maestro entonces se sentó al lado del joven, le tomó sus manos y le dijo
- El dolor en la vida de una persona no cambia. Pero el sabor del dolor depende de dónde lo colocamos.
Cuando sientas dolor, la única cosa que debes hacer es aumentar el sentido de todo lo que está a tu alrededor. Y dar más valor a lo que tienes en detrimento a lo que perdiste. En otras palabras: Es dejar de ser vaso, para transformarte en lago.
Deja que ellos se pierdan en ti.
Un viejo Maestro le pidió a un jóven triste que colocase una mano llena de sal en un vaso de agua y lo bebiese.
- Qué gusto tiene? - le preguntó el Maestro.
- Horrible - dijo el joven sin pensar dos veces.
El Maestro sonrió y le pidió al joven que agarrase con la otra mano llena de sal y llevase al lago. Los dos caminaron en silencio, y cuando llegaron, el maestro pidió al joven que tirase la sal en el lago. Entonces el joven hizo lo que el maestro le dijo
Luego el viejo le dijo:
- Bebe un poco de esta agua.
El joven así lo hizo mientras el agua le corría por el mentón , entonces el Maestro le preguntó
- Que gusto tiene?
- Bueno! - Dijo el joven sin pestañar
- Sientes el gusto de la sal? - preguntó el maestro
- No. - le dijo el joven
El Maestro entonces se sentó al lado del joven, le tomó sus manos y le dijo
- El dolor en la vida de una persona no cambia. Pero el sabor del dolor depende de dónde lo colocamos.
Cuando sientas dolor, la única cosa que debes hacer es aumentar el sentido de todo lo que está a tu alrededor. Y dar más valor a lo que tienes en detrimento a lo que perdiste. En otras palabras: Es dejar de ser vaso, para transformarte en lago.
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