jueves, 22 de agosto de 2013

LIBÉRATE DE TU MENTE


EMPIEZA POR ESCUCHAR LA VOZ QUE HABLA DENTRO DE TU CABEZA,


y hazlo tan frecuentementecomo puedas. Presta una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos discosde gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante años.

Esto es lo que llamo «observar al pensador», que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza,mantente allí como presencia que atestigua.
Cuando escuches la voz, hazlo imparcialmente. Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes,porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás.

Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, estasensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.
Así, cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también de ti mismocomo testigo del pensamiento. Ha hecho su aparición una nueva dimensión de conciencia.

CUANDO ESCUCHAS EL PENSAMIENTO, sientes como si hubiera una presencia consciente —tu yoprofundo— por debajo o detrás de él. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se disuelverápidamente, porque ya no energetizas tu mente mediante la identificación con ella. Es el principio del fin delpensamiento compulsivo e involuntario.
Cuando el pensamiento se aquieta, experimentas una discontinuidad en la corriente mental, una brecha de«no-mente». Al principio las brechas serán cortas, tal vez duren unos segundos, pero gradualmente se iránprolongando. Cuando ocurren estas discontinuidades, sientes cierta quietud y paz dentro de ti. Es el principiodel estado natural de sentirte unido al Ser, generalmente nublado por la mente.
Con la práctica, la sensación de quietud y de paz se va ahondando. De hecho, esa profundidad no tiene fin.También sentirás una sutil emanación de alegría elevándose desde lo más hondo de ti: la alegría de Ser.
En este estado de conexión interna estás mucho más alerta, más despierto que en el estado de identificaciónmental. Estás plenamente presente. Y también se eleva la frecuencia vibratoria del campo energético que davida al cuerpo físico.

A medida que profundizas en este reino de la no-mente, como a veces se le denomina en Oriente, vasalcanzando el estado de conciencia pura. En ese estado sientes tu propia presencia con tal intensidad y alegríaque, en comparación, todo pensamiento, toda emoción, tu cuerpo físico y todo el mundo externo se vuelvenrelativamente insignificantes. Sin embargo, no es un estado de egoísmo, sino de desprendimiento y generosidad. Te lleva más allá de lo que pensabas que era «tu identidad». Esa presencia es esencialmente tú,y al mismo tiempo es inconcebiblemente mayor que tú.
EN LUGAR DE «OBSERVAR AL PENSADOR», también puedes crear una apertura en la corriente mental porel simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente delmomento presente.
Esto es algo por demás satisfactorio. De este modo retiras la conciencia de tu actividad mental y creas unabrecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas. Ésta es la esencia de lameditación.
EN TU VIDA COTIDIANA puedes practicar esto tomando cualquier actividad rutinaria, que habitualmente sóloes un medio para un fin, y darle toda tu atención para que se convierta en un fin en sí misma.

Por ejemplo, cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta muchaatención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente totalmente presente.
O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esaactividad: el sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc.

O cuando entres en tu coche, después de cerrar la puerta, detente durante unos segundos y observa el flujo detu respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia.
Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.El paso más vital en tu camino hacia la iluminación es éste: aprende a no identificarte con tu mente. Cada vezque creas una apertura en el flujo mental, la luz de tu conciencia se fortalece.

Puede que un día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza como sonreirías a las travesurasde un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido deidentidad ya no depende de él.
ILUMINACIÓN: ELEVARSE POR ENCIMA DEL PENSAMIENTO
A medida que uno crece, va formándose una imagen mental de sí mismo basada en su condicionamientopersonal y cultural. A este yo fantasma lo llamamos ego. El ego es tu actividad mental y sólo puede funcionarmediante el pensamiento constante. El término ego tiene distinto significado según se trate de una persona uotra, pero cuando lo uso aquí me refiero al falso yo, creado por una identificación inconsciente con la mente.Para el ego, el momento presente apenas existe. Sólo considera importantes el pasado y el futuro. Estainversión total de la verdad explica por qué, en la modalidad ego, la mente es tan disfuncional. Siempre estátratando de mantener el pasado vivo, porque ¿quién serías sin él? Y se proyecta constantemente hacia elfuturo para asegurarse la supervivencia y buscar en él una sensación de liberación o satisfacción. Dice: «Algún día, cuando haya ocurrido esto, lo otro o lo de más allá, estaré bien, en paz, seré feliz.»
Incluso cuando parece que el ego está en el presente, no ve el presente: lo percibe equivocadamente porque lomira con los ojos del pasado. O reduce el presente a ser un medio para un fin, un fin que siempre reside en elfuturo proyectado por la mente. Observa tu mente y comprobarás que funciona así.
El momento presente contiene la clave de la liberación, pero no puedes encontrar el momento presentemientras seas tu mente.

Alcanzar la iluminación significa elevarse por encima del pensamiento. En el estado de iluminación siguesusando la mente cuando la necesitas, pero de un modo mucho más enfocado y eficaz que antes. La empleasprincipalmente con fines prácticos, pero eres libre del diálogo interno involuntario, y vives en la quietud interior.Cuando empleas la mente, y en particular cuando necesitas dar una solución creativa a algo, vas oscilandocada pocos minutos entre la mente y la quietud, entre la mente y la no-mente. La no-mente es conciencia sinpensamiento. Sólo la no-mente permite pensar creativamente, porque da al pensamiento un poder real. Elpensamiento por sí solo, desconectado del vasto campo de la conciencia, se convierte rápidamente en algoestéril, insano, destructivo.
EMOCIÓN: LA REACCIÓN DEL CUERPO A LA MENTE
La mente, tal como yo uso la palabra, no es únicamente el pensamiento. Incluye también las emociones y laspautas de reacción inconscientes, tanto mentales como emocionales. La emoción surge en el punto dondecuerpo y mente se encuentran. Es la reacción del cuerpo a la mente o, dicho de otra forma, el reflejo de lamente en el cuerpo.
Cuanto más te identificas con el pensamiento, con lo que te gusta o disgusta, con tus juicios e interpretaciones,es decir, cuanto menos presente estás como conciencia observante, más fuerte es la carga de energíaemocional, seas consciente de ella o no. Si no puedes sentir tus emociones, si estás desconectado de ellas,acabarás sintiéndolas a un nivel puramente físico, como un problema o síntoma físico.
Si TE ES DIFÍCIL SENTIR TUS EMOCIONES, empieza por enfocar la atención en el campo energético internode tu cuerpo. Siente el cuerpo desde dentro. Así estarás en contacto con tus emociones.
Si realmente quieres conocer tu mente, el cuerpo siempre te dará un reflejo fiel; por tanto, observa la emocióno, más bien, siéntela en tu cuerpo. Si existe un conflicto aparente entre ambos, el pensamiento es el quemiente y la emoción dice la verdad. No la verdad última de tu identidad real, sino la verdad relativa de tu estadomental en ese momento. 

Es posible que aún no puedas hacer consciente la actividad de tu mente inconsciente en forma depensamientos, pero siempre se reflejará en el cuerpo como una emoción, de la que sí puedes tomarconciencia.
Observar una emoción es básicamente igual que escuchar u observar un pensamiento, tal como he descrito elproceso anteriormente. La única diferencia es que, mientras el pensamiento está en tu cabeza, la emocióntiene un fuerte componente físico, de modo que se siente principalmente en el cuerpo. Puedes dejar que laemoción esté ahí sin ser controlado por ella. Ya no eres la emoción; eres el observador, la presencia que mira.Si practicas así, todo lo que es inconsciente en ti saldrá a la luz de la conciencia.
ADQUIERE EL HÁBITO DE PREGUNTARTE: ¿Qué está pasando dentro de mí en este momento? Esapregunta te orientará en la dirección correcta. Pero no analices, simplemente observa. Enfoca tu atención haciadentro. Siente la energía de la emoción.
Si no hay ninguna emoción presente, lleva la atención más profundamente al campo energético de tu cuerpo.Es el pasadizo hacia el Ser.

(E. Tolle. Practicando el poder del ahora)


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