miércoles, 25 de septiembre de 2013

Toda mi vida

Toda mi vida es este momento. No hay más.
Toda mi vida es el momento presente. Lo demás, son pensamientos.

La mayoría de las personas viven con un pie en el pasado y el otro en el futuro mientras se mean en el presente.
Esta metáfora no es elegante pero es clarísima.
La mayoría de la gente vive utilizando el momento presente (lo cual es toda nuestra vida!) como un medio para un fin que existe en una dimensión fantasmal llamada futuro. Es decir, que intercambian toda su vida por algo que no existe. Por algo que se llama futuro. Por algo que nunca existió.
No ven la realidad, no ven la vida, simplemente porque van todo el día de acá para allá poniendo casi toda su atención en sus pensamientos. Y esto sucede de forma inconsciente, automática. No saben que caminan pensando. No saben que se duchan pensando. No se dan cuenta.
Vivimos cada momento del día fascinados por todos esos pensamientos que aparecen en nosotros. Esos pensamientos nos hipnotizan y sustraen nuestra energía y nuestra atención.

No vivimos la vida directamente, la vivimos a través de nuestros pensamientos que son siempre una respuesta del pasado, de nuestro condicionamiento del pasado.
Y a través de esos pensamientos, conceptos, ideas, prejuicios, teorías y reglas de oro nos relacionamos con el mundo, con los demás y con nosotros mismos.
Entonces vemos lo nuevo, el presente, con los ojos del pasado.

Solo se puede pensar en el pasado o en el futuro.
Pero vivir solo se puede en presente.

Toda la vida, es lo que está pasando en este momento.
Incluso el pasado y el futuro existen en este momento, dentro tu cabeza.
(El pasado en tu memoria y el futuro en tus deseos, sueños, ilusiones y miedos)
 
 

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