miércoles, 25 de septiembre de 2013

Pensamientos que van-y-vienen vs. pensamientos-creencias

Algunas personas poseen pensamientos. Otras personas en cambio parecen ser poseídas por sus pensamientos y son incapaces de revisarlos de cuestionarlos libremente. Esos pensamientos sagrados e "intocables" se llaman creencias.

Los pensamientos son solo ideas apareciendo en tu cabeza. Eso es la mente. Ideas apareciendo constantemente en tu Ser. Tenemos aproximadamente 60.000 pensamientos diarios.
Los pensamientos vienen, te hacen sufrir y luego se van. Tú no los piensas, ellos aparecen involuntariamente. Igual que respiras involuntariamente, igual que tu cuerpo hace la digestión involuntariamente, igual que crece tu cabello y tu corazón late involuntariamente.
Simplemente sucede. No puedes dejar de pensar. Es algo compulsivo, involuntario y el problema se agrava realmente cuando el pensamiento no es observado (cuando es incontrolado). Algunos pensamientos vienen y se quedan estancados durante mucho tiempo. Sí, incluso durante siglos. Se llaman creencias. Eran primero de tus bisabuelos, luego pasaron a tus abuelos, luego a tus padres, y ahora son tuyas. Otra característica de las creencias es que en vez de tú tener esos pensamientos es como si ellos te tuvieran a ti. Por eso eres incapaz de revisarlas, y de cuestionarlas a fondo. Porque estás completamente identificado con ellas. Crees que tú mismo eres esos mandatos, esas ideas, esos conceptos. Las creencias son el resultado de la necesidad de seguridad sicológica de las personas. Producto del miedo. Miedo de no saber. Miedo de no permanecer. Miedo de desaparecer. Miedo de morir.
Tanto miedo tenemos que sentimos que necesitamos creer en algo firme, en algo concreto. Las creencias que por miedo han sido creadas, y que por miedo seguirán siendo defendidas ciegamente. Si tenemos creencias no tenemos libertad de pensamiento. Somos esclavos de nuestros pensamientos. ¿Cuán esclavos? Somos capaces de matar a otros para defender esas creencias. 100 millones de personas han muerto solo en el último siglo en manos de otros. No en catástrofes naturales. Sino por defender una creencia, una tradición como puede ser una creencia religiosa o la creencia de que existe una patria que defender, etc. Y no solo somos capaces de matar a otros, algunos se inmolan y sin ir más lejos el pensamiento puede ser tan destructivo que puede llevar a una persona a creer que quitarse la vida puede ser la única solución para acabar con su sufrimiento. Sufrimiento provocado por creer en sus pensamientos! Así de contradictorios somos.
Es hora de empezar a despegarse de los pensamientos. Seamos coherentes con nosotros mismos. Utilicemos nuestra mente a nuestro favor en vez de dejar que ella nos utilice a nosotros como ha sucedido durante tantos milenios de pensamiento inconsciente, compulsivo e incontrolado. Es hora de darse cuenta que vamos todo el día de acá para allá pensando sin poder parar. Ese pensamiento nos abstrae. Nos domina. Nos hace acumular emociones. Nos hace vivir en una realidad inventada por la reacción de nuestro pasado al presente.
Reaccionamos al presente con la experiencia del pasado. Y así somos capaces de repetir una y otra vez la misma historia, las mismas guerras, el mismo engaño.
Es hora de cortar con el juego de la mente. Cortar con ese círculo vicioso.
Siguiendo a la mente en vez de seguir el corazón hemos creado esta sociedad, hipócrita, competitiva, egoísta y ciega que le da valor solo al dinero y el poder.
Es hora de despertar.

Un abrazo fuerte,

Mariano Gringaus


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