viernes, 19 de julio de 2013

Un recordatorio para mí mismo

Aprende a escuchar a los demás con toda tu atención sin estar a la defensiva ni tampoco aceptándolo todo porque la persona que habla te cae bien.

No te tomes nada personal:
Cuando la gente cree estar hablando de ti, en realidad están hablando de lo que ellos ven, creen o quieren ver acerca de tu conducta pasada. Tú no eres lo que ellos ven porque ni siquiera eres tu conducta.
Por lo tanto, comprende que nadie puede hablar ni bien ni mal de ti. Ninguna palabra te toca.
Pueden hablar de tu cuerpo, de tus pensamientos, de tus emociones, de tu pasado, de tu trabajo de tus palabras. Pero nadie, ni siquiera tú, puede hablar de ti. Lo que tú eres no se puede expresar. Ni con palabras ni con el silencio. Ni tampoco con la más bella obra de arte.

Utiliza lo que te dicen siempre a tu favor, por ejemplo:
Si te hacen una critica tienes 2 posibilidades,
si es cierta corrígete rápidamente y sigue adelante;
si es falsa sigue adelante sin perder más tiempo.

Si lo que te han dicho te duele, revisa entonces con mucha atención donde te duele, qué te duele y por qué te duele, porque allí es donde tienes que mirar, y allí es donde puedes mejorar. Tómate tu tiempo para hacer esto con precisión. Claro que intentarás a toda costa evitar mirar allí poniendo mil excusas, porque supones que mirar será doloroso, pero si miras con tranquilidad el dolor se disuelve.
Ver esto es transformarlo.

Deja de darle tanta importancia lo que dicen lo demás, nadie te conoce tanto como tú.
Deja de pensar que puedes estar molestando a los demás.
No pierdas más tiempo pensando en como pensarán los demás si tu haces algo o dejas de hacerlo.
Deja que cada uno se exprese y que diga lo que siente, tú no sabes lo que ellos piensan o sienten (y mucho menos como lo harán en el futuro), admite esto y permite a los demás ser ellos mismos con total libertad como adultos que son y te liberarás de un trabajo y de una carga pesada que no te pertenece.

Tú ocúpate de ti mismo, (con esto tienes de sobra!)
No pidas permiso o perdón por ser tu mismo.
Deja de tener miedo de mirar dentro de ti, no eres eso malo y feo que tu mente te dice que eres.
Cuando tienes miedo de entrar en un lugar oscuro y luego prendes la luz, la idea del miedo se disuelve inmediatamente con la luz.
Coge tu miedo y entra con él a la habitación de tu Ser, prende la luz y verás que el miedo solo es miedo y que nunca es real lo que el miedo te hace imaginar.
No dejes que el miedo te frene. Ni tus miedos ni los miedos de los demás.
Todos tenemos miedos. Todos somos humanos. Todos sufrimos.
Seamos compasivos con los demás y con nosotros mismos.

Ningún calificativo aplica para ti ni para nadie.
Reducir lo que una persona es a un adjetivo calificativo es una forma de violencia.
No lo hagas contra ti ni contra nadie.

Somos potencial puro.
Todos podemos ser buenos o malos depende de la situación y depende del condicionamiento cultural con el que se mida el bien o el mal. Lo que aquí es malo en otro país es bueno, y así.
Deja de juzgar situaciones y personas. Deja de juzgarte, ya has tenido suficiente. Te liberarás de un trabajo que no te corresponde y que sólo te hace sentir mal contigo mismo. Deja de intentar valorarte de una forma positiva o negativa. Eso no te favorece. Eso te destruye.

Sé sincero contigo mismo y con los demás.
Esto significa que lo que tu pienses, digas y hagas esté todo en armonía.

Se paciente y moderado.
Vive con alegría. Nada es tan importante como parece.

Pronto morirás.
Pronto todos morirán también.
Nunca lo olvides.
Si olvidas que morirás olvidas que estás vivo, pues la vida y la muerte van juntas.
Míralo así: eres un muerto de vacaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario