miércoles, 6 de noviembre de 2013

Cuidado con la experiencia, no vaya a ser que te juegue en contra.

Hay que ser cuidadosos en el aprendizaje a través de las experiencias.
Solemos creer que la experiencia en sí es sabiduría pero no es así. Todos los ancianos no son sabios. Y además hay niños muy sabios.

El que se quema con leche ve una vaca y llora - dicen en Argentina.
A veces cuando probamos algo y sale mal, creemos que la solución es no probar más para que nada mal vuelva a salir.
Pero si no probamos no podemos descubrir nada nuevo.
El miedo a errar nos paraliza.
Los niños no tienen es miedo en general por eso son tan creativos.
Esta sociedad ha demonizado el error. En una empresa por ejemplo si errás te podés quedar sin trabajo.
La experiencia muchas veces nos juega en contra, nos condiciona a creer que ahora todo sigue siendo igual que antes como ese cuento del elefantito bebé que lo habían atado a un palo para que no se escape. Él trato de romper esa soga pero con sus 100kgs no pudo.
Con el tiempo creció. Ahora pesa 2500 kgs. y podría romper esa soga con mucha facilidad.
Pero hace tiempo que ya no lo intenta. Porque así lo educaron.
Porque así lo aprendió.
Y quedó muerto en vida.

Mark Twain lo decía así:
"...deberíamos tener mucho cuidado cuando afirmamos que la experiencia es la madre de la ciencia y mucho menos pensar que la experiencia ya es la sabiduría en sí misma y quedarnos ahí. No nos vaya a pasar como al gato que cuando se sienta encima de la tapa de una estufa que está caliente se quema y pega un salto huyendo. El gato aprende de la experiencia y nunca se sentará de nuevo encima de la tapa de esa estufa cuando ésta esté caliente y eso nos puede parecer muy bien, pero no olvidemos que tampoco volverá a sentarse encima de la tapa de cualquier estufa aunque ésta se encuentre fría y apagada...".

saludos!

Mariano Gringaus Urrutia


1 comentario:

  1. El miedo a equivocarnos viene de los mandatos que tenemos incorporados en nuestro inconciente.
    Cuando fuimos chicos nos decían entre otras cosas: "Deja eso, tú no sabes como se hace" , "No opines de lo que no sabes", "Cállate, que no sabes nada", "Ten cuidado! No vayas a equivocarte" y la peor de todas "Eso que haces/dices está mal" . Estos son los llamados mandatos y quedaron tan gravados que nos los seguimos creyendo.
    Por eso tememos a hacer el ridículo. Fíjate cuando te invitan a cantar, a bailar aunque solo sea por diversión, lo primero que dices es "No sé hacerlo" porque tienes miedo a hacer el ridículo. Lo mismo pasa en algunos foros de opinión, tenemos miedo a opinar, por no pasar por tontos por no equivocarnos.
    Cuando te das cuenta de esto, puedes cambiarlo, pero se necesita trabajo y no siempre estamos seguros de como hacerlo.
    Igual, darse cuenta ya es un primer paso.

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