martes, 2 de junio de 2015

Un extraordinario cuento Zen

EL COLADOR (CUENTO ZEN)


Un grupo de devotos invitó a un maestro de meditación a la casa de uno de ellos para que los instruyera. El maestro dijo que debían esforzarse por liberarse de reaccionar en demasía frente a los hechos de la vida diaria, por lograr una actitud de reverencia, y por adquirir la práctica regular de un método de meditación que, a su vez, les explicó en detalle.
El objetivo era darse cuenta de que la vida espiritual debe estar presente en todo. Es estar conscientes de esto no sólo durante el período de meditación, sino constantemente, en lo cotidiano. El proceso es como llenar un colador con agua. El maestro hizo una reverencia ante ellos y partió.
El pequeño grupo se despidió de él y luego uno de ellos se dirigió a los demás, echando chispas de frustración: ¡Lo que nos dijo es como decirnos que nunca podremos lograrlo!
– ¡Llenar un colador con agua! Eso es lo que ocurre, ¿no? Al menos para mí. Escucho un sermón, rezo, leo algún libro sagrado, ayudo a mis vecinos con sus niños y ofrezco el mérito a Dios, o algo por el estilo y después me siento elevado. Mi carácter mejora durante un tiempo… no me siento tan impaciente, ni hago tantos comentarios sobre otras personas. Pero pronto el efecto se disipa y soy el mismo que antes. Es como agua en un colador, por supuesto. Y ahora él nos dice que eso es todo.
Siguieron reflexionando sobre la imagen del colador sin lograr ninguna solución que los satisficiera a todos. Algunos pensaron que el maestro les decía que las personas como ellos en este mundo sólo podían aspirar a una elevación transitoria, otros creyeron que el maestro simplemente les estaba tomando el pelo. Otros pensaron que tal vez se estaría refiriendo a algo en los clásicos que suponía que ellos sabían… buscaron, entonces, referencias sobre un colador en la literatura clásica, sin ningún éxito.
Con el tiempo, el interés de todos se desvaneció, excepto el de una mujer que decidió ir a ver al maestro. El maestro le dio un colador y un tazón, y fueron juntos a una playa cercana. Se pararon sobre una roca rodeados por las olas.
– Muéstrame cómo llenas un colador con agua. -Le dijo el maestro
Ella se inclinó, tomó el colador en una mano y comenzó a llenarlo con el tazón.
El agua apenas llegaba a cubrir la base del colador y luego se filtraba a través de los agujeros.
– Con la práctica espiritual sucede lo mismo –dijo el maestro – Mientras uno permanece de pie en la roca de la personalidad e intenta llenarse con cucharadas de conciencia espiritual. No es ése el modo de llenar un colador con agua, ni nuestra esencia con vida espiritual.
– Entonces, ¿cómo se hace? -preguntó la mujer.
El maestro tomó el colador en sus manos y lo arrojó lejos al mar. El colador flotó unos instantes y después se hundió.
– Ahora está lleno de agua y así permanecerá -dijo el maestro. –Ese es el modo de llenar un colador con agua y es el modo de realizar la práctica espiritual. No se logra vertiendo pequeñas dosis de vida espiritual en la individualidad, sino arrojando la individualidad dentro del mar de la vida espiritual.

domingo, 17 de mayo de 2015

¿qué significa vivir como un rey o una reina?

https://www.youtube.com/watch?v=xuL0ISiAkPM

Una pequeña anéctoda de Jiddu

"Recuerdo una vez viajando por la carretera en un automóvil con un grupo de personas. Yo iba sentado al lado del conductor. Detrás iban 3 personas que estaban hablando sobre el darse-cuenta queriendo debatir conmigo el siginificado del darse-cuenta.
El auto estaba yendo bastante rápido. Había una cabra en el camino, el conducto no iba prestando demasiada atención y atropelló al pobre animal.
Los señores que iban detrás debatiendo sobre el darse-cuenta jamás se dieron cuenta de lo que había ocurrido.
Ud. se rie, pero es lo que hacemos todos: tenemos un interés intelectual en la idea del darse-cuenta... en la investigación verbal, dialéctica de la opinión, pero en realidad no nos damos cuenta de lo que sucede."

J.K.

sábado, 4 de abril de 2015

El aprender

El aprendizaje (o enseñanza) sólo puede comenzar si uno se pregunta algo sinceramente. Pero tienes que preguntártelo realmente, y esto significa que primero de todo uno acepta que no lo sabe.
Si uno sabe algo, (o cree que lo sabe que es lo mismo) y luego pregunta sobre eso, entonces o bien pregunta para que le confirmen lo que sospecha o bien para intentar convencer al otro de lo que “sabe”.

Saber saber... a ciencia cierta, nadie sabe nada. La realidad la percibimos a través de nuestros 5 sentidos y también a través de nuestros pensamientos, que tiñen todo lo experimentado con su color. Este color personal (también llamado condicionamiento) está dado por toda nuestra historia, nuestro pasado, nuestros traumas, accidentes, religión, sexo, forma física, todo lo que aprendimos en nuestro camino, todo lo que nos ha pasado y lo que hemos deseado que sucediera pero no ha pasado también, en definitiva, todo nuestro pasado, que está alojado ahora en nuestra memoria.
Es por esto que vivimos en mundos aparentemente tan pero tan distintos. Si bien hay 1 solo planeta Tierra, parece ser que vivimos en 8000 millones de mundos. Los mundos personales, los mundos ilusorios, irreales, los mundo que desaparecen cuando te entierran en el cementerio.
Dicen que no vemos las cosas como son, sino como somos.
Las cosas se pueden ver de muchas maneras, pero ¿que pasaría si dejamos de tener una perspectiva personal? ¿qué pasaría si abandonamos todas las ideologías o formas de ver las cosas?
Esto conllevaría a soltar todas tus opiniones, juicios de valor, comentarios, comparaciones y creencias, experiencia para intentar comenzar a mirar sin juzgar.
Esto conllevaría a una especie de silencio interno, un observar sin elegir, sin dividir, sin comparar, sin juzgar, sin aplaudir nada y sin identificarse con nada de lo observado.
Eso conllevaría a un silencio interno tan profundo que hace que el ego (lo que tu crees que eres) muera en ese instante. Y al mismo tiempo la mente está en estado de alerta en su totalidad, ya no está dividida en una parte que mira y otra que comenta o critica/analiza y otra que le contesta), y dejamos de debatir con nosotros mismos.

¿¿Se acuerdan de Tom & Jerry??
¿Se acuerdan de cuando Tom tenía en un hombro al diablo que le decía que hacer y en el otro hombro tenía un angelito?
Bueno, dejamos de escuchar al diablo y al angelito que llevamos dentro. Estos siguen hablando pero ahora los observamos desde una nueva y tercera posicion que no entra en la discusión o análisis (lo cual significa separar). Esto es estar en meditación.

Por eso los niños pequeños pueden aprender tan facilmente, porque no tienen casi conocimiento (lo cual es pasado), ni tampoco tienen orgullo ni un interes especial es defender ni atacar ningún concepto ni ideología.
Para aprender es necesario reconocer que aquello a lo que queremos llegar, aún lo desconocemos. Reconocer que no lo sabemos.
Mientras estemos llenos de prejuicios, juicios, opiniones, experiencias, conceptos, teorías, hipótesis solo buscaremos reforzarlos y así fortalecer el ego.
Si uno reconoce que no lo sabe uno se está abriendo.
Una pregunta es el abrir una puerta. No tengas miedo! Lo único que puedes “perder”, es aquello que tú no eres.

Mariano
Si quieres llegar a lo desconocido, empieza por descartar todo lo conocido. (J. Krishnamurti)

El patriostismo, una forma de estupidez.

Cómo nos libramos del nacionalismo?

Sólo comprendiendo plenamente lo que él implica, examinándolo, captando su significación en la acción externa e interna. En lo externo, él causa divisiones entre los hombres, clasificaciones, guerras y destrucción, lo cual es obvio para cualquiera que sea observador. En el fuero íntimo, psicológicamente, esta identificación con lo más grande, con la patria, con una idea, es evidentemente una forma de autoexpansión. Viviendo en una pequeña aldea, o en una gran ciudad, o donde sea, yo no soy nadie; pero si me identifico con lo más grande, con el país, si me llamo a mí mismo hindú, ello halaga mi vanidad, me brinda satisfacción, prestigio, una sensación de bienestar; y esa identificación con lo más grande, que es una necesidad psicológica para los que sienten que la expansión del "yo" es esencial, engendra asimismo conflicto, lucha entre los hombres. De suerte que el nacionalismo no sólo causa conflictos externos, sino frustraciones íntimas; y cuando uno comprende el nacionalismo, todo el proceso del nacionalismo, éste se desvanece. La comprensión del nacionalismo llega mediante la inteligencia. Es decir, observando cuidadosamente, penetrando el proceso integro del nacionalismo, del patriotismo, surge de ese examen la inteligencia; y entonces no se produce la substitución del nacionalismo por alguna otra cosa. En el momento en que reemplazáis el nacionalismo por la religión, la religión se convierte en otro medie, de autoexpansión, en una fuente más de ansiedad psicológica, en un medio de alimentarse uno mismo con una creencia. Por lo tanto, cualquier forma de substitución, por noble que sea, es una forma de ignorancia. Es como alguien que substituyera el fumar por la goma de mascar o el fruto del betel. En cambio, si uno comprende realmente, y en su totalidad, el problema del fumar, de los hábitos, sensaciones, de las exigencias psicológicas y todo lo demás, el vicio de fumar desaparece. Sólo podéis comprender cuando hay un desarrollo de la inteligencia, cuando la inteligencia funciona; y la inteligencia no funciona cuando hay substitución. La substitución es simplemente una forma de autosoborno, de incitaros a que no hagáis esto pero sí hagáis aquello. El nacionalismo ‑con su veneno, sus miserias y la lucha mundial que acarrea- sólo desaparece cuando hay inteligencia, y la inteligencia no surge por el mero hecho de pasar exámenes y estudiar libros. La inteligencia surge cuando comprendemos los problemas a medida que se presentan. Cuando hay comprensión del problema en sus diferentes niveles ‑no sólo en la parte externa sino de lo que él implica en su aspecto interno, psicológico-, entonces, en ese proceso, la inteligencia se manifiesta. Cuando hay, pues, inteligencia, no hay substitución; y cuando hay inteligencia desaparece el nacionalismo, el patriotismo, que es una forma de estupidez.

J. Krishnamurti

viernes, 27 de marzo de 2015

La "justicia"

El emperador de China le pidió muy humildemente a Lao Tse, el gran maestro sabio, que fuera el jefe de su tribunal supremo, porque nadie podría guiar las leyes del país mejor que él.
Lao Tse trató de convencer al emperador: “No soy la persona adecuada”, pero el emperador seguía insistiendo. Lao Tse dijo:
-Si no quiere usted escucharme… Con un solo día que pase yo en el tribunal se convencerá de que no soy la persona adecuada, porque el sistema es erróneo. Por humildad, no le estaba diciendo la verdad. O puedo existir yo, o puede existir su ley y su orden y su sociedad. Así que… intentémoslo.

El primer día trajeron al tribunal a un ladrón que había robado casi la mitad de la fortuna del hombre más rico de la capital.
Lao Tse escuchó el caso y luego dijo que tanto el ladrón como el hombre más rico deberían ir a la cárcel durante seis meses.
-¿Qué está diciendo usted? Me han robado, me han desvalijado... ¿Qué tipo de justicia es esta, que me está mandando a la cárcel el mismo período de tiempo que al ladrón? -dijo el rico.
-Ciertamente, no estoy siendo justo con el ladrón. Usted tiene más necesidad de estar en la cárcel, porque ha acumulado tanto dinero para usted mismo, ha privado a tanta gente de dinero... Miles de personas están en la miseria y usted sigue acumulando más y más dinero. ¿Para qué? Su propia avaricia está creando estos ladrones. Usted es responsable. El primer delito es suyo - respondió Lao Tse.

La lógica de Lao Tse es absolutamente clara. Si va a haber demasiada gente pobre y solo unos pocos ricos, no se puede evitar que haya ladrones, no se pueden evitar los robos. La única manera de evitarlos es tener una sociedad en la que todos tengan lo suficiente para satisfacer sus necesidades, y nadie acumule innecesariamente solo por avaricia.

-Antes de que me envíe a la cárcel, quiero ver al emperador, porque esto no es conforme a la constitución; esto no es conforme a la ley del país - protestó el rico.
-Eso es culpa de la constitución y culpa de la ley del país. Yo no soy responsable. Vaya a ver al emperador - replicó Lao Tse.
El rico le dijo al emperador:
-Escuche, este hombre debería ser depuesto de su cargo inmediatamente; es peligroso. Hoy voy yo a la cárcel, mañana estará en la cárcel usted. Si quiere salvarse, hay que echar a este hombre; es absolutamente peligroso. Y es muy racional. Lo que dice es correcto; puedo entenderlo, ¡pero nos destruirá!

El emperador lo comprendió perfectamente bien: «Si este rico es un criminal, entonces yo soy el mayor criminal del país. Lao Tse no dudará en enviarme a la cárcel».
Lao Tse fue eximido de su cargo. Dijo:
-Intenté decírselo antes; me está haciendo perder el tiempo innecesariamente. Le dije que no soy la persona adecuada. La realidad es que su sociedad, su ley y su constitución no están en lo correcto. Necesita gente errónea para hacer funcionar este sistema erróneo.

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Cuando se pierde el Tao, aparece la virtud.
cuando se pierde la virtud, surge la bondad,
cuando se piede la bondad, aparece la honestidad,
cuando se pierde la honestidad, surgen las leyes, las normas y los ritos.