El aprendizaje (o enseñanza) sólo puede comenzar si uno se pregunta
algo sinceramente. Pero tienes que preguntártelo realmente, y esto
significa que primero de todo uno acepta que no lo sabe.
Si uno sabe
algo, (o cree que lo sabe que es lo mismo) y luego pregunta sobre eso,
entonces o bien pregunta para que le confirmen lo que sospecha o bien
para intentar convencer al otro de lo que “sabe”.
Saber saber... a
ciencia cierta, nadie sabe nada. La realidad la percibimos a través de
nuestros 5 sentidos y también a través de nuestros pensamientos, que
tiñen todo lo experimentado con su color. Este color personal (también
llamado condicionamiento) está dado por toda nuestra historia, nuestro
pasado, nuestros traumas, accidentes, religión, sexo, forma física, todo
lo que aprendimos en nuestro camino, todo lo que nos ha pasado y lo que
hemos deseado que sucediera pero no ha pasado también, en definitiva,
todo nuestro pasado, que está alojado ahora en nuestra memoria.
Es por esto que vivimos en mundos aparentemente tan pero tan distintos.
Si bien hay 1 solo planeta Tierra, parece ser que vivimos en 8000
millones de mundos. Los mundos personales, los mundos ilusorios,
irreales, los mundo que desaparecen cuando te entierran en el
cementerio.
Dicen que no vemos las cosas como son, sino como somos.
Las cosas se pueden ver de muchas maneras, pero ¿que pasaría si dejamos
de tener una perspectiva personal? ¿qué pasaría si abandonamos todas
las ideologías o formas de ver las cosas?
Esto conllevaría a soltar
todas tus opiniones, juicios de valor, comentarios, comparaciones y
creencias, experiencia para intentar comenzar a mirar sin juzgar.
Esto conllevaría a una especie de silencio interno, un observar sin
elegir, sin dividir, sin comparar, sin juzgar, sin aplaudir nada y sin
identificarse con nada de lo observado.
Eso conllevaría a un
silencio interno tan profundo que hace que el ego (lo que tu crees que
eres) muera en ese instante. Y al mismo tiempo la mente está en estado
de alerta en su totalidad, ya no está dividida en una parte que mira y
otra que comenta o critica/analiza y otra que le contesta), y dejamos de
debatir con nosotros mismos.
¿¿Se acuerdan de Tom & Jerry??
¿Se acuerdan de cuando Tom tenía en un hombro al diablo que le decía que hacer y en el otro hombro tenía un angelito?
Bueno, dejamos de escuchar al diablo y al angelito que llevamos dentro.
Estos siguen hablando pero ahora los observamos desde una nueva y
tercera posicion que no entra en la discusión o análisis (lo cual
significa separar). Esto es estar en meditación.
Por eso los
niños pequeños pueden aprender tan facilmente, porque no tienen casi
conocimiento (lo cual es pasado), ni tampoco tienen orgullo ni un
interes especial es defender ni atacar ningún concepto ni ideología.
Para aprender es necesario reconocer que aquello a lo que queremos llegar, aún lo desconocemos. Reconocer que no lo sabemos.
Mientras estemos llenos de prejuicios, juicios, opiniones,
experiencias, conceptos, teorías, hipótesis solo buscaremos reforzarlos y
así fortalecer el ego.
Si uno reconoce que no lo sabe uno se está abriendo.
Una pregunta es el abrir una puerta. No tengas miedo! Lo único que puedes “perder”, es aquello que tú no eres.
Mariano
Si quieres llegar a lo desconocido, empieza por descartar todo lo conocido. (J. Krishnamurti)
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