El hombre sabio vive actuando, no pensando en actuar, ni pensando en lo
que pasará cuando haya terminado de actuar.... Él sabe que su vida habrá
terminado demasiado pronto; él sabe, porque él ve, que nada es más
importante que ninguna otra cosa, Así pues el hombre sabio suda y
resopla y si uno lo observa es igual a cualquier otro hombre, excepto
que él controla la locura de su vida. Ya que nada es más importante que
ninguna otra cosa, el hombre sabio, el hombre de conocimiento, escoge
cualquier acto, y actúa como si le importara. El control que tiene sobre
su locura le impulsa a decir que su actuación importa y hace que actúe
como si importara, y sin embargo sabe que no es así; de modo que cuando
cumple con sus actos, se retira en paz, y el hecho de que sus actos
hayan sido buenos o malos, hayan resultado o no, no es cosa que le
preocupe.
(C. Castaneda)
No hay comentarios:
Publicar un comentario