miércoles, 7 de agosto de 2013

Vivimos hipnotizados por 60.000 pensamientos diarios

La realidad o la verdad es eso que aparece como un destello  entre el final de un pensamiento y el comienzo de otro. En un momento de silencio mental.

Cuando te la estás pasando bien, haciendo cualquier cosa por más simple que sea, no estás pensando, estás viviendo el momento.

De hecho, sin ir más lejos, en este momento no estás pensando que estás leyendo mi texto, lo estás leyendo sin pensar acerca de ello.
Eso es vivir directamente. Y es súper fácil. No necesita esfuerzo.


Sobre el presente no se puede pensar.
Tu ahora no piensas que estas sentado frente a la compu: estás sentado frente a la compu, lo sabes, tomas consciencia de ello, te das cuenta, pero sin pensar o reflexionar sobre esto.
Lo sabes directamente, sin mente de por medio. Es obvio.

Cuando una noche te lo pasas bien disfrutando con tu pareja o con amigos en una comida, no piensas sobre eso en ese momento. Pero al día siguiente recuerdas y piensas: "¿Qué bien que me lo pasé anoche!"

Solo se puede pensar acerca del pasado y del futuro.
60.000 veces por día pensamos sin control y sin poder elegir parar. Eso es adicción: cuando uno no puede elegir parar.

Ese es nuestro problema: no ser conscientes de que vamos todo el día de acá para allá pensando en el futuro y en el pasado.
No ser conscientes que nosotros, es decir, nuestra vida, sólo sucede en Presente.
Atender esos 60.000 auto-reclamos y auto-preguntas nos absorbe casi toda la energía y nos distrae del presente, que es lo que somos, que es nuestra vida.
Nos perdemos a nosotros mismos entre tantos pensamientos.
Y perdiendonos a nosotros mismos, nos perdemos todo.
Nos perdemos lo más importante por obvio.
Por estar tan cerca no lo vemos.


Mariano Gringaus



martes, 6 de agosto de 2013

Si aprendes esto, el 90% de tus problemas desaparecen.

Si comprendemos esto, habremos solucionado el 90% de nuestros problemas.
Pero no hablo de comprenderlo intelectualmente, hablo de vivirlo en cada momento. Comprenderlo incluso con el hígado, con las uñas de los pies.
En cada acto de tu día y en cada pensamiento.
Comprenderlo e integrarlo en tu forma de vivir.
(paciencia, esto no sucede en 10 minutos ni en 10 días)




¿Qué es lo que buscamos?

Cuanto más os conocéis a vosotros mismos, más claridad existe. El conocimiento propio no tiene fin: no alcanzáis una realización, no llegáis a una conclusión. Es un río sin fin. Y, a medida que se lo estudia, que en él se ahonda de más en más, encuéntrase la paz. Sólo cuando la mente está tranquila ‑mediante el conocimiento propio, no mediante una autodisciplina impuesta-, sólo entonces, en esa quietud, en ese silencio, puede advenir la realidad. Es sólo entonces cuando puede existir la beatitud, cuando puede haber acción creadora.

Y a mí me parece que sin esa comprensión, sin esa experiencia, el mero hecho de leer libros, de asistir a conferencias, de hacer propaganda, es del todo infantil; es simplemente una actividad carente de significado. Empero, si uno logra comprenderse a sí mismo, y con ello producir esa vivencia de algo que no es de la mente, entonces, tal vez, puede haber una transformación inmediata en la convivencia alrededor nuestro, y, por lo tanto, en el mundo en que vivimos.

(J. Krishnamurti - La libertad primera y última)

Capitulo completo aquí:
http://www.jiddu-krishnamurti.net/es/la-libertad-primera-y-ultima/la-libertad-primera-y-ultima-03

lunes, 5 de agosto de 2013

“Los problemas que tenemos en casa, o en nuestro trabajo, deben servir para enseñarnos a reaccionar con rapidez. El que no aprende esta lección tan simple, vive siempre dominado por el sufrimiento, y nunca podrá honrar a los dioses como ellos merecen”.


Cuenta la leyenda que poco tiempo después de su iluminación, Buda salió a pasear. En el camino se encontró con un campesino. Este se quedó impresionado con la luz que emanaba del maestro.
-Amigo, ¿quién eres? –preguntó–. Pues tengo la sensación de que me encuentro delante de un ángel, o de un Dios.
-No soy nada de eso –respondió.
-Entonces, ¿qué te hace tan diferente de los demás, que hasta un simple campesino como yo es capaz de percibir esa luz?
-Solo soy alguien que ha despertado a la vida, mientras los otros duermen. Nada más que eso. Pero cuando digo esto, nadie me cree.
-¿Qué es “despertar a la vida”?
-Significa prestar atención a cada instante, y eso basta. No hay nada que dé más placer al hombre. El día está dividido en millones de momentos, y aquel que se concentra en el presente termina irradiando la misma luz como la mía.
-Esa es una tarea imposible para un campesino.
-Los santos lo consiguen, y son personas iguales que tú. Haz un poco de esfuerzo, y serás igual a los santos y maestros que viven en el Himalaya.
El campesino continuó:
-Procuro respetar a los dioses, pero siempre hay algún problema que no me deja concentrarme.
Buda se le acercó y, sin motivo alguno, le dio una bofetada. El campesino se asustó.
-¿Te merecías esa bofetada? –preguntó el Iluminado.
-Claro que no. Desde que llegaste, he sido humilde, y he sabido reconocer la luz que emana de ti.
-¿Y por qué no la has evitado?
-Porque no he reaccionado con rapidez.
-Los problemas que tenemos en casa, o en nuestro trabajo, deben servir para enseñarnos a reaccionar con rapidez. El que no aprende esta lección tan simple vive siempre dominado por el sufrimiento, y nunca podrá honrar a los dioses como ellos merecen.
-Intento siempre actuar del mejor modo posible, pero la vida del hombre común es diferente, y parece que tú no me entiendes. Te daré un ejemplo: siempre que voy al mercado a vender mis productos hay un comerciante que me intenta humillar. Hace unos días no pude aguantar más el modo en que me trata y acabé golpeándole en la cabeza con mi paraguas. Saber que mi corazón alberga tanto odio me llena de vergüenza.
-Actuaste de forma equivocada al odiarlo –dijo Buda, sonriendo–. La próxima vez que ese hombre desprecie tu trabajo, procura llenar de bondad tu corazón. Y vuelve a golpearle en la cabeza con el paraguas, pues parece que solo entiende ese idioma.
Buda se preparó para partir. Pero el campesino le pidió un minuto:
-Mira esos árboles. Mira esos pájaros en el cielo. Siempre que vengo a ocuparme de la labranza veo que están en perfecta armonía con la naturaleza. Encontraron su lugar en el proyecto divino. Por otra parte, yo tengo que sudar para mantener mi vida bajo control. ¿Por qué razón tratan los dioses a los pájaros y a los árboles de forma mucho más generosa?
-Porque un buen padre es más exigente con su hijo predilecto.
-¿No puedes quedarte por lo menos esta noche en mi casa, para que pueda aprender un poco más?
-¿Qué pasaría si un campesino pusiese cada vez más abono en la tierra? –preguntó el Iluminado–.
El campesino le explicó que el primer año la cosecha sería excelente. El segundo más abundante, pero el cereal perdería calidad.
-Y si siguiese aumentando la cantidad de abono, al tercer año la cosecha ya no tendría ningún valor, ¿verdad? Nuestra charla ha sido larga y ha versado sobre asuntos importantes. Procura recordarla, con eso basta.
“Uno hace más fuerte a alguien cuando le ayuda un poco. Pero lo debilita si le ayuda mucho”.

¿Qué es Advaita?

"Advaita no es un sistema, una religión o técnica, tampoco es una filosofía.
Es simplemente la Verdad."  (Jean Klein)

Advaita es una palabra del sánscrito que significa "no dos". Sinónimo de Advaita es no-dualidad. Advaita no es una filosofía ni una religión. No-dualidad es una experiencia en la que no existe separación entre sujeto y objeto, un "yo" y el resto del universo, un "yo" y Dios. Es la experiencia de la conciencia, nuestra verdadera naturaleza, que se manifiesta como felicidad, amor y belleza absolutos. La conciencia se define como "Eso", sea lo que sea, que percibe estas palabras aquí, en este momento.

Advaita trasciende todas las religiones, filosofías y nacionalidades. No divide sino que une. Los fanáticos de las diferentes religiones nunca pueden ponerse de acuerdo en sus conceptos acerca de Dios, pero los sabios de diferentes orígenes nunca podrán estar en desacuerdo respecto a su común experiencia de no-dualidad. Los fundadores de todas las grandes religiones han sido sabios. La no-dualidad es el núcleo del Hinduismo, Sufismo, Budismo Zen, Shivaismo de Cachemira y las enseñanzas de Cristo...

Una introducción al Advaita
No-dualidad

Advaita es una palabra compuesta del sánscrito que significa "no dos". Aunque puede referirse a cualquier cosa, es una palabra muy importante en la tradición espiritual Védica, porque indica un hecho importante acerca de la naturaleza de la consciencia, el Sí mismo. La parte de los Vedas que trata el tema de la iluminación se llama Vedanta. Vedanta sostiene que la realidad es advaita, "no dos". Esto significa que la distinción sujeto-objeto, que es la característica más sobresaliente de lo que los individuos no iluminados consideran que es la realidad, no existe realmente, aunque lo parezca. Este es un hecho muy importante sobre la existencia, porque es la distinción entre sujeto y objeto lo que es responsable de gran parte del sufrimiento existencial que caracteriza a la vida humana. Es causante de todo tipo de trastornos emocionales, porque al aceptar la dualidad sujeto-objeto como un hecho coloca al individuo en conflicto con los objetos.

En la dualidad, el sujeto, la persona que he sido condicionado a creer que soy, se considera a sí mismo como limitado e incompleto. Debido a este hecho, él o ella siente que necesita objetos —una casa, un trabajo, una relación, hijos, etc— para eliminar la sensación de 'incompletud' asociada a su condición de sujeto. Él o ella deben desarrollar estrategias para obtener los objetos deseados y para evitar los objetos no deseados. La búsqueda y la evitación de objetos representa un considerable sufrimiento. Debido a que tanto el sujeto como los objetos están sujetos a cambios, en cuanto que están en el tiempo donde la dualidad existe, es difícil obtener y conservar los objetos deseados. El tiempo, la característica más sobresaliente de la dualidad, pone un énfasis considerable en el tema también. Sus deseos están cambiando constantemente. Cuando se consigue un objeto, se produce un cambio en el sujeto que provoca un cambio en su relación con el objeto. La fricción constante causada por la interacción entre el sujeto y los objetos inevitablemente conduce a la pérdida de energía y a la muerte.

El Vedanta sostiene que la dualidad no es más que una creencia producida por la ignorancia de la naturaleza de la realidad, no un hecho. De hecho, la realidad es no-dual. Esto significa que la distinción entre sujeto y objeto realmente no existe. El sujeto no es diferente de los objetos. Tanto el sujeto como los objetos son manifestaciones aparentes del sí mismo o consciencia no dual.

La iluminación es la liberación del sufrimiento que surge cuando la naturaleza no-dual del sí mismo es completamente percibida. Cuando ya no te percibes a ti mismo como separado del mundo de los objetos —sí, las personas también son objetos en la dualidad— el conflicto desaparece y el sujeto se libera del deseo de obtener y conservar objetos. El Vedanta es un modo de indagación comprobado a lo largo del tiempo sobre la naturaleza de la realidad que en última instancia resuelve la dualidad sujeto-objeto, revelando la naturaleza no-dual del Sí mismo.

James Swartz

domingo, 4 de agosto de 2013

Esto lo dijo un tipo hace 2500 años pero aún no lo hemos aprendido.

"Se instalan puertas y ventanas para la habitación, pero del vacío interior depende su utilidad. Ponemos atención en la apariencia, pero lo que realmente sirve es la esencia."
(¿de qué sirve una habitación repleta de cosas, donde no cabe ni una alfiler?
¿de qué sirve tu mente llena de reglas, leyes, ideas, creencias , conceptos y supuestas verdades del pasado?)


"Quienes aceptan al mundo,
es porque no se ocupan de él.
Quienes se ocupan del mundo,
no lo aceptan tal cual es."




"Para él Sabio, no existe un yo por sobre el otro, y, por ello, nadie a quien elevar; ni cielo ni infierno y, por tanto, ningún destino."


"No todos los caminos espirituales conducen a la Unidad Armoniosa. De hecho, la mayoría son rodeos y distracciones y no otra cosa"


"Para la persona ordinaria, el templo es sagrado y el campo no lo es. También esto es un dualismo que va en contra de la verdad"


"Las religiones del mundo sólo sirven para reforzar los apegos a los falsos conceptos"


"Cuando sobre la tierra todos reconocen la belleza como belleza, así queda constituida la fealdad."


"Comprender a los demás es sabio, comprenderse a uno mismo es estar iluminado. El que vence a los otros es fuerte, pero el que se vence a sí mismo es poderoso."


"El que está satisfecho con su parte es rico."



"Cuando dejo de ser lo que soy, me convierto en lo que podría ser."



Lao Tsé
(500 a.C.)

viernes, 2 de agosto de 2013

El problema es de la mente, no tuyo.

Todo lo que comparto en mi Facebook y en mi Blog no tiene la intención de "mejorar" a ninguna persona.
No es autoayuda ni ninguna clase de terapia ni cura.
Lo que pretendo señalar es que en realidad no hay nadie a quien ayudar.
Cada uno es perfecto tal como es. La vida no se equivoca.
Aunque nuestros pensamientos viven en permanente conflicto con ellos mismos, porque viven en una realidad que ellos mismos han fabricado de una forma personal, privada e individual con la información acumulada en el pasado personal-individual de cada uno de nosotros.

La mente vive en permanente conflicto con ella misma. Es un perro que se quiere morder la cola.
Es un ente que lucha consigo mismo Y SIEMPRE PIERDE!
:o)
Pero luego nos echa la culpa a nosotros. Y nos dice que tenemos que hacer esto y aquello para mejorar, para ser perfectos, para ser mejor persona, mejor madre, mejor padre, mejor amigo, mejor alumno, etc.
Nos mantiene perfectamente convencidos (y sometidos) de que nos faltan aún 2 o 3 asignaturas por aprobar para graduarnos de "Licenciado en Buena Persona". (o en Buen Hijo, Buen Padre, Buen Profesional, Buen Amigo, Buen Marido o Buen Ciudadano, etc)
Nos mantiene en ese estado mental de espera y de carencia, nos promete cada día que algo que que sucederá en el futuro (sacarnos el Loto o encontrar pareja o adelgazar o aprender a ser felices o iluminarse, o terminar de pagar la hipoteca o encontrar trabajo o cuando cambiemos de trabajo, etc...) nos hará finalmente sentir plenos de verdad. Llenos de dicha. Satisfechos. Contentos. Listos. Felices. En paz con todo y todos.
Pero el futuro ese nunca llega. Y la espera nos aniquila las ganas de vivir.


La mente solo puede hablar de la mente.
La mente sufre entonces por la mente.
Y la mente busca ayuda en la mente.

Quiere resolver su conflicto, que es su naturaleza misma, pensando.
Como una pala que ha caído en un pozo e intenta cavar para salir. Claro, la pala no sabe hacer otra cosa, pobrecita. No le pidamos a la pala que piense.
No le pidamos a la mente que tome consciencia de lo que nos hace sufrir.
Solo nosotros podemos observar esto.

La mente no es autónoma. Nosotros le damos trabajo.
La mente es un negocio que vende pensamientos. Pero nosotros somos su UNICO cliente.
La mente sin nosotros no es nada. Igual que mi mano sin mí no es nada.
Sin nosotros la mente no es nada. Solo un montón de ideas saliendo a la superficie como burbujas.
"Plop! Plop! plop!"
Pero esas burbujas nos hipnotizan. NOS SEDUCEN. Nos encantan. Encontramos cierto placer en la actividad de pensar.
Pero esta distracción de la realidad es la que nos hace percibirnos a nosotros mismos como figuritas recortadas de esa realidas que es única y total, siendo nosotros parte de ella.

Los pensamientos pueden ser muy dañinos para nosotros, aunque si tomamos consciencia de nuestros pensamientos pueden ser solo un montón de palabras gastadas que se las lleva el viento.
Un disco rayado que repite lo que me decía mi madre, mi padre y algun loco perdido en el pasado.
Pero mi mente sigue machacándome con el mismo argumento de siempre. Me sigue midiendo con la misma vieja vara.


Ella siempre quiere postergar mis sueños, mi plenitud.
Pero la vida no se puede postergar. Ni pausar. O guardar para mañana.
Me quedo con la vida.
Me quedo conmigo.
Te regalo todos mis pensamientos. Los dono a una ONG.
Los remato por 1 céntimo.
Los pensamientos son el envoltorio. La etiqueta y el moño.
Las palabras son sonidos, sonidos consonantes y sonidos vocales.
No tienen peso.
No tienen nada.
Dejemos de ser esclavos de la palabras, esclavos de los pensamientos que están hechos de palabras y pasado.

Suelta amarras.
Deja que te lleve el viento.
No temas.
La libertad no es peligrosa.
La rutina es mortal.