"La cosa más importante que hay que recordar es que, cuando te sientas bien, en estado de éxtasis, no empieces a pensar que éste va a ser tu estado permanente.
Vive el momento con júbilo, tan gozosamente como te sea posible, sabiendo perfectamente que ha venido y se irá, tal como la brisa entra en tu casa, con toda su fragancia y frescura, y sale por la otra puerta.
Si empiezas a pensar en hacer permanentes tus momentos de gozo, estás ya empezando a destruirlos. Cuando vengan, agradécelos; cuando se vayan, queda agradecido con la existencia. Permanece abierto. Esto sucederá muchas veces. No juzgues, no escojas, permanece neutral.
Sí, habrá momentos en que te sientas desgraciado. ¿Y qué? Hay gente que sufre y no ha tenido un solo momento de gozo. Eres afortunado.
Incluso en tu sufrimiento, recuerda que esto no será permanente; también pasará. Así que no te dejes perturbar demasiado. Permanece tranquilo. Tal como el día y la noche, hay momentos de gozo y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza, como la propia forma de ser de las cosas.
Y eres simplemente un testigo. Ni te conviertes en la felicidad ni te conviertes en la tristeza. La felicidad va y viene. Algo permanece siempre allí, por siempre jamás, y es el testigo, el que observa".
Osho
Parece evidente que la vida o la existencia tiene un caracter impermanente y que por mucho que nos identifiquemos con ciertas experiencias en realidad no tiene mucho sentido pues todo está en movimiento y todo pasa.
ResponderEliminarQuizás hay en nuestra mirada una forma fragmentada de mirar y deberiamos darnos cuenta que es mas exacto percibir el movimiento que mirar las cosas como fijas.
Somos testigos y podemos constatar que ocurren cosas pero sin caer en las interpretaciones porque de lo contrario no seriamos testigos sino verdugos o jueces.
Un saludo.
Gracias Goyo por tu aporte. Todo pasa y todo está en movimiento. Todo cambia. Lo único permanente es el cambio.
ResponderEliminarSaludos,
Mariano
El gozo o la tristeza lo son por el EGO, creo yo. El ser testigo, pues es el estado natural del SER, que disfruta y sufre por esa dualidad que comenta Osho. Yo he sentido esa calidez, al meditar, y me equivoco cuando la echo de menos, en momentos donde no la siento, pero me voy dando cuenta, poco a poco, que es como esa brisa, que va y viene. El apego hacia esa calidez, como primer paso al gozo del despertar, nos ata con cadenas y no nos deja evolucionar. Estoy de acuerdo contigo, Gregorio. Osho tiene ideas dispares, a veces extrañas, pero no se le puede negar grandes verdades.
ResponderEliminar