jueves, 19 de mayo de 2011

Ser padres (E. Tolle - Una nueva Tierra)

¿SER PADRES: PAPEL O FUNCIÓN?

Muchos adultos representan personajes cuando hablan con los niños. Utilizan palabras y sonidos ridículos.Le hablan al niño como si fuera inferior y no lo tratan como su igual. El hecho de que sepamos más o seamos más grandes transitoriamente no significa que el niño no sea igual a nosotros. En algún momento de la vida, la mayoría de los adultos se convierten en padres, uno de los papeles más universales. La pregunta más importante es si podemos cumplir la función de ser padres y cumplirla bien, sin identificarnos con esa función, es decir, sin convertirla en un papel dentro del drama. Una parte necesaria de la función de ser padres es satisfacer las necesidades del niño, evitar que corra peligros y, en ocasiones, decirle lo que debe o no hacer. Sin embargo, cuando esa función se convierte en identidad, cuando nuestro sentido de ser se deriva totalmente o en gran medida de ella, la función toma precedencia, se engrandece y asume el control. Nos excedemos en satisfacer las necesidades del niño, las cuales se convierten en caprichos; exageramos con la protección e interferimos con la necesidad del niño de explorar el mundo y ensayar por sí mismo. De decirle lo que debe o no hacer pasamos a controlar y a imponer nuestra voluntad.
Es más, la identificación con la función prevalece mucho después de desaparecer las necesidades que dieron lugar a la función de ser padres. No podemos dejar de ejercerla cuando ya el niño se convierte en adulto. No podemos deshacernos de la necesidad de ser necesitados por el hijo. Aunque el hijo tenga 40 años, no podemos dejar atrás la noción de "Saber lo que es mejor para ti". El padre o la madre continúa representando compulsivamente su papel, de manera que no hay una relación auténtica. Los padres se definen con base en esa función y temen inconscientemente perder esa identidad si dejan de ser padres.
Cuando se ve frustrado su deseo de controlar o influir sobre las actuaciones de su hijo adulto, como suele suceder, comienzan a criticar o a mostrar su desaprobación, o tratan de hacer que el hijo se sienta culpable, todo en un intento inconsciente por conservar su personaje, su identidad. A simple vista parece como si estuvieran preocupados por el hijo, y están convencidos de que así es, pero lo único que les preocupa realmente es conservar la identidad a través de su papel en el drama. Todas las motivaciones del ego están encaminadas a engrandecernos y favorecer nuestros intereses y algunas veces las disfrazamos muy bien para que ni siquiera la persona en quien opera el ego las pueda reconocer. Un padre o una madre que se identifica con su personaje también puede tratar de realizarse a través de los hijos. La necesidad del ego de manipular a los otros para que llenen su constante sentido de carencia la dirigen hacia ellos. Si se llevaran a la conciencia y se expresaran los supuestos y las motivaciones inconscientes de los padres, seguramente se oirían así: "Deseo que tú logres lo que yo nunca pude lograr; deseo que seas alguien en el mundo, para que yo también pueda ser alguien a través de ti. No me desilusiones. Me he sacrificado por ti. Mi desaprobación tiene por objeto hacerte sentir culpable e incómodo para que finalmente te pliegues a mis deseos. Y sobra decir que yo sé qué es lo mejor para ti. Te amo y te seguiré amando si haces lo que yo sé que te conviene".

1 comentario:

  1. Mariano,,, no he tenido tiempo de entrar porque desde que llegue no he tenido tiempo para nada, (estoy en plena separacion con mi mujer) y ahora estoy con mis tres hijos en santa rosa, la pampa,,, ya habia entrado al blog y me parece excelente,,, te quiero mucho amigo,,, vuelvo al agua en unos dias asique ahi vamos a poder seguirla tranquilos, un abrazo!!

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